Mi vida para mí.

Ya pasé la etapa de los blogs públicos, llevo como treinta.Sin embargo jamás hice mi propio blog, uno que hable un poco de mí, de mi historia, mis amores y desamores, mis viajes, mis poemas, mis relatos, mis amigos, las cosas que me gustan.Por eso quiero inaugurar esta especie de Diario íntimo-aunque tal vez no tanto-. Simplemente para escribir lo que sienta, lo que quiero, lo que me sale, lo que Soy. "Escribir para mí y por mí". Bienvenido a mi PC blog amigo, aquí charlaremos juntos de tanto en tanto-ya que soy furtiva e inconstante-.

8.8.09

Amores sanos de adolescencia.



Por supuesto seguía en la Secundaria pero ya había decidido ocuparme algo más de mi aspecto físico. Como conté, quien me impulsó al intento sin saberlo, fue Osvaldo Barzola, mi compañero, el que consiguió seducirme y hacerme dar cuenta de que los varones eran tentadores. De todas formas, mucho no me esmeré. Me dejé crecer el pelo-chau Beatles-, acorté las polleritas y como el 90 por ciento de las mujeres de mi generación, polvo Angel Face, rouge clarito y maquillaje de ojos. A mi me gustaba el polvo tostado y el rouge blanco. Entonces aparecieron esos novios que hoy recordamos con una sonrisa. Decíamos que andabamos metidas con alguien, simplemente porque nos esperaba en la puerta y nos acompañaba con la bici a hacer los mandados.( Al menos en mi caso). A mi me buscaba Cachito, que para futuro y por ese entonces, repartía leche. Jajajajaja. Me gustaban dos chicos del barrio que nunca me dieron ni la hora.Norberto López-un morocho petiso y seductor-y Jorge Ferrara. Cuando empecé a ir a bailar a la Confitería St.George-quién no habrá ido-, ya puse más empeño en mi look y fui forjando mi personalidad. Eran tiempos de minifalda o minishort, botas altas, sacos tejidos hippones y collares largos, cinturón ancho y pestañas postizas. Y por alguna razón, empecé a sentirme importante porque me ganaba a los Disc Jockeys. Uno era Alberto Franco, el de esa confitería. Otro,un muchacho excelente y formalito que tenía otro boliche del que no recuerdo el nombre y que se llamaba Carlos Pellegrini y era pariente del prócer. Eso sí, ni manos ni besos ni nada.Todo muy platónico. Hasta que llegó el momento de mi primer beso que merece un texto aparte. Porque mi primer beso no fue con uno sino con dos.Eran gemelos, ellos se divertían y yo lo descubrí bastante tarde.

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