Cacho Soler, un amigo en una etapa de mi vida.

Ahora sí, confirmado y archivado. A Cacho lo conocí en mis tiempos de Bohemia, trasnoches,bares, tanguerías. La realidad es que a las tanguerías íbamos por él, le gustaba cantar y lo hacía bien.Tengo un lindo recuerdo de cuando pasó por mi vida. Era amigo de otro amigo mío. Cacho era sencillo, llano y un busca-vidas.Durante nuestra amistad, le conocí un par de oficios.En un tiempo se dedicó a vender pilchas-creo-y se apareció de sorpresa en la Empresa en la que yo trabajaba. No me había saludado que sacó un papelito del bolsillo con un verso que se había inventado como introducción para sus ventas. A mí no me vendió nada, pero la idea era divertida. Pero hay algo que lo guardó en mi memoria, era un tipo noble, un tipo de fierro.Le debo-bueno,ya no le debo-, un favor que me hizo una noche en la que yo estaba pasando un mal momento y no sabía como desaparecer. Fue en una parrilla de Belgrano en la que estaba cenando con dos personas. Una de ellas se puso MUY densa-eran amigos por supuesto-y en mi impulso, lo llamé a Cacho que estaba trabajando. Sin embargo me dijo _ A dónde estás ?, allá voy.

El resto no importa en este cuento.

EL AUDIO ES MALO PERO EL CANTANTE ES BUENO. Arrobatango, Cacho Soler en Alicante. "Malena".Cacho Soler comienza su andadura artística en sus Tres Arroyos natal, bajo la tutela musical del maestro Pepe Sayes en la mítica Tanguería Re Fa Si. A los 20 años y ya en Buenos Aires canta en Café Tortoni, el Café de los Artistas y a recorrer el país y buena parte de Latino-américa. Junto a su potente y personalísima voz, incorpora a su estilo los extraordinarios matices que ya apuntaron Gardel o Goyeneche. Acompañado solamente del piano, su presencia sobre el escenario nos hace disfrutar el tango cantado con su mejor expresión presentándonos su último disco: A puro tango.