
Yo te acuso...
por haber convertido a la luna
en mi enemiga.
Se me burla soberbia,
aniquilando sueños cada vez que me mira.
Me da miedo contarle...
pero ella me adivina
y con un guiño plateado y petulante,
busca mi figura esquiva.
Te encandiló su porte y desapego,
siempre en punto, engalanada,
sin esperas.
Yo, simple mujer con mis rutinas.
La otra noche se metió por mi ventana,
traía cráteres llenos de poesías,
un halo coronado en flores
y canturreaba nuestra melodía.
Después se marchó,
como mujer rival y triunfadora
llevándose esas cosas que eran mías.
Intentando convencerme del absurdo,
me guarecí en la penumbra
de mis sábanas amigas.
¡La luna no es de nadie y es de todos!...
Va endiablada y flirteadora a cualquier cita;
pero ingenuo te fuiste detrás de ella,
intentando seducirla.
Te engaña, “amigo mío",
¡Ella te engaña! ;
se mete en la cama con todos los mortales.
El día que despiertes,
no vuelvas a buscarme.
También duermo con ella, somos cómplices,
fuiste parte de un juego femenino;
me pidió que te cuente que ama al sol,
(la encandiló su porte y desapego).
Se cruzan día a día
y como locos amantes de novela doliente,
copulan en eclipses cuando todos los miran.
A propósito de esto,"amigo mío"...
en mi almohada,
se olvidó tus flores y poesías.
Mónica Font-Manoushe
Excelente poema, bellísimo.Te felicito.
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