Hoy le conté una historia a tía Blanca y me sorprendí con cada palabra, con cada imagen que traía mi cabeza. Cuánta temeridad, cuánta pasión, cuánta adrenalina, cuánta Mónica joven, sana, alocada, lanzada. Cuánto fui y solo puedo contarlo con palabras. Mi idea era volcarlo en este blog, pero cada vivencia es tanta que tendría que tipear miles de palabras y no dan los ojos, la cervical ni las ganas. Y de pronto me pregunto sin querer para quién y me respondo de inmediato _ Para mí carajo...¡¡¡, para no olvidar, para no confundir, para leerme dentro de mucho si llego o si puedo y estrecharme fuerte las manos diciendo _ Vos sí que aprovechaste la vida Mónica......¡¡¡. Sin importarte el qué dirán - por eso sé que dijeron mucho-, sin respetar más cánones que tu propia escala de valores, tus ganas, tus fantasías, tu amor por vibrar, tu amor por el amor mismo, tu deseo de volar alto -aunque tal vez para muchos signifique ganar en espiritualidad-, tu amor por la libertad y por qué no tu-mi cuota de egoismo o desapego, tu-mi falta de interés por lo pre establecido y lo formal, por la maternidad, la Susanita en la casa, lo futuro supuestamente conocido, tu futuro ex esposo, tu posible ex futuro matrimonio... Yo quería volar, conocer, descubrir, sorprenderme.
De a poquito tal vez y tratando de ser constante- que nunca fue virtud de las mías-, pueda ir volcando en este blog todas las cosas maravillosas que viví y las tormentosas también-si las hubo-. Tengo la suerte de poseer un gran sentido del humor, de reirme de mí antes que lo hagan otros, de criticarme antes que me critiquen. Así que, celebro a los héroes anti sexies como Woody Allen. Y celebro tu aparición en mi vida Peter, porque fuiste el hombre más atípico, seductor, carismático y maravilloso que conocí.
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