Anoche te soñé y me desperté angustiada. No entiendo la razón, no te había pensado, casi no te recuerdo y de pronto te soñé. Estábamos en un barco, los dos con la edad en que nos conocimos-nunca envejecemos-. Te encontraba en una mesa de un salón y solo preguntaba _ Cómo va tu vida amorosa?. Pero lo preguntaba por preguntar.
Sonriente me sugerías que había algo y era mutuo. Sin embargo yo sabía que hablabas de una nena-no sé por qué-. Untabas un pan con una pasta rara mientras me decías qué era._ Ahora voy a probarla_, te contesté y me fui prometiendo volver.
Sin embargo, después de un rato más de soñar con una nena que se llamaba Margarita, me desperté con una sensación extraña. Tu respuesta me había jodido a pesar de ser insignificante. Me moví en la cama intentando volver a dormirme acompañada por el canto nochero de un ruiseñor y no hubo caso, algo me había hecho mella en el inconciente.Esto es lo que no veo concientemente-pensé-.Esto es algo superado hace años y que evidentemente dejó una huella traicionera en alguna parte de mi cabeza. Y suele pasar entre quienes vivimos una relación psicopática.
Entonces me desvelé y me puse a pensar intentando encontrar respuestas coherentes, lógicas.
Fue tu respuesta sonriente y misteriosa del sueño lo que me molestó?. O fue lo que yo quise entender?. Así eran tus respuestas cuando estábamos juntos?. No me acuerdo. Pero evidentemente me dejaban algo picando, una duda, una simulación de indiferencia de la que yo me vestía para no darte el gusto de mostrar más interés. No lo sé…Y me iba sin saber y solita me armaba el resto de la historia.
Por eso hoy me pregunto quién estaba peor de los dos. Vos mentías, tenías una buena dosis de perversión sutil que no se sentía cruel pero lastimaba subliminalmente. Sin embargo, la que más me lastimaba era yo misma con mi respuesta a tu juego.Me dabas una excusa de mentiras y yo te presionaba fuerte para vengarme, te desequilibraba y lo sabía.En fin, tanta vuelta le di que acordé que el sueño había sido un mensaje para mostrarme que tanto vos como yo fuimos igualmente culpables. Vos con tu locura que no sabías manejar y yo con la mía de apretarte el acelerador.Lo nuestro fue un encuentro en el momento justo, vos buscando frenesí y yo salir de la abulia. Simplemente un causa-efecto. Ya te perdoné, sos de carne y hueso.Mitificarte fue una necesidad mía. Y obviamente, mi culpa.
Sonriente me sugerías que había algo y era mutuo. Sin embargo yo sabía que hablabas de una nena-no sé por qué-. Untabas un pan con una pasta rara mientras me decías qué era._ Ahora voy a probarla_, te contesté y me fui prometiendo volver.
Sin embargo, después de un rato más de soñar con una nena que se llamaba Margarita, me desperté con una sensación extraña. Tu respuesta me había jodido a pesar de ser insignificante. Me moví en la cama intentando volver a dormirme acompañada por el canto nochero de un ruiseñor y no hubo caso, algo me había hecho mella en el inconciente.Esto es lo que no veo concientemente-pensé-.Esto es algo superado hace años y que evidentemente dejó una huella traicionera en alguna parte de mi cabeza. Y suele pasar entre quienes vivimos una relación psicopática.
Entonces me desvelé y me puse a pensar intentando encontrar respuestas coherentes, lógicas.
Fue tu respuesta sonriente y misteriosa del sueño lo que me molestó?. O fue lo que yo quise entender?. Así eran tus respuestas cuando estábamos juntos?. No me acuerdo. Pero evidentemente me dejaban algo picando, una duda, una simulación de indiferencia de la que yo me vestía para no darte el gusto de mostrar más interés. No lo sé…Y me iba sin saber y solita me armaba el resto de la historia.
Por eso hoy me pregunto quién estaba peor de los dos. Vos mentías, tenías una buena dosis de perversión sutil que no se sentía cruel pero lastimaba subliminalmente. Sin embargo, la que más me lastimaba era yo misma con mi respuesta a tu juego.Me dabas una excusa de mentiras y yo te presionaba fuerte para vengarme, te desequilibraba y lo sabía.En fin, tanta vuelta le di que acordé que el sueño había sido un mensaje para mostrarme que tanto vos como yo fuimos igualmente culpables. Vos con tu locura que no sabías manejar y yo con la mía de apretarte el acelerador.Lo nuestro fue un encuentro en el momento justo, vos buscando frenesí y yo salir de la abulia. Simplemente un causa-efecto. Ya te perdoné, sos de carne y hueso.Mitificarte fue una necesidad mía. Y obviamente, mi culpa.
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