Alguna vez sin querer.-relato-

Alguna vez sin querer, te recuerdo en una esquina; en aquellas por las que caminábamos tejiendo puntos de sueños con cada pisada y apretando posibles mañanas, entre las manos enredadas.
Alguna otra vez, en casa, cuando limpio el estante largo y blanco, se me ocurre ojear los álbumes al azar. Y allí te veo abrazándome en el Ferry, pero abrazándome para siempre,-eso dice tu mirada-aunque la mía se perdiera con tu pelo largo al viento.
También estás ahí, en el mar, con el short azul y sacando pecho para salir mas lindo y con músculos inventados.
Estás en una bronca vieja y olvidada, la de aquella tarde de Primavera cuando me saqué la alianza con tu nombre y la tiré a la avenida Leandro Alem. Quería que todos los autos y los colectivos la mataran, la achataran, la dejaran pegada e incrustada en el asfalto caliente.
Estás en mis dedos apurados de hace veintiún años atrás cuando rompí en aquella plaza tu foto de bebé con anteojos de mentiras; la rompí en cien pedacitos que se volaron quedando desparramados y pegados por ahí, como la nieve en los árboles de Navidad.
Alguien toca el timbre...

Me asomo a la ventana y le grito al chico que vuelva la semana que viene, que todavía tengo flores.
Y allí te vas...
Entonces vuelvo a buscarte para terminar el relato.
Me voy hasta los bosques de Palermo y espío entre la luna y los autos escondidos con amores de asientos reclinados. Y otra vez te encuentro, pero sin querer.
Allí estás, en el vestido blanco y negro que me regalaste con una sola manga, en la cadenita bañada, en la maceta de barro con esa planta sana y gigante, que llena el living de verdes alegres y frescos desafiando el tiempo. Veintiún años tiene esa planta..., la edad de nuestra distancia....
Y también estás en las tarjetas de Te Amos enormes y Fabianes encendidos de entusiasmo.
Me vuelven a sorprender las huellas y las piedras que se alojan en silencio en nuestros rincones.
La planta está tan alta que voy a tener que sacarla al jardín.

Pongo agua en la jarrita negra y la riego. Parece que al fin hoy ,llegó la Primavera de verdad. La invito a pasar y vos te vas; caminando lento como siempre, imponiendo tu figura joven y alta por la calle, el cigarrillo en una mano, la otra pasando por tu pelo y echándolo hacia atrás.
Así te veo marchar y ese gesto me hace sonreír. Me vuelven intactas las palabras de aquella brujita "Tan brujita":
_ Lo estoy viendo,...camina lento, como arrastrando los pies; cuando no fuma, mete las manos en los bolsillos;...le gustan los blancos, los rosas y los azules y tiene la costumbre de pasarse la mano por el pelo...¿tiene pelo largo ? (pregunta sin preguntar) y echárselo hacia atrás....
_ Éste tampoco es "Tu" hombre chiquita... Me deja partida al medio, otra vez tres años perdidos?. Me interrumpe sonriendo con su cara de tango.
_¿ Querés saber cómo va a ser "Tu Hombre" ?,...¿el "Hombre de tu vida"???_.-



Mónica Font (Manoushe)